Discorides, considerado el padre de las Botánica, en el siglo I a. C., clasificó a las plantas en base a sus usos, en alimenticias, medicinales, aromáticas, para condimentos y para perfumería.
Las primeras clasificaciones de estas fueron realizadas, por los naturalistas griegos, entre ellos se destacó Teofrasto, filósofo griego, considerado por su agudeza y observación.
Fue uno de los genios que se dedicó al estudio de la Botánica. En el siglo IV a. C. clasificó a las plantas de acuerdo a sus características en cuatro clases: árboles, arbustos, subarbustos y hierbas y estudió que la duración de las hierbas podía ser, perenne, anual o bianual y llegó a clasificar unas 500 especies vegetales, las cuales las ordenó de manera científica.
Cabe destacar que a este científico se deben los primeros consejos para el cultivo de la rosa.
Durante la Edad media, se continuó con la clasificación de Teofrasto. En ésta época se empleo un concepto de especie (conjunto de individuos que tienen características similares)
Siglos después aparecen nuevas clasificaciones evolucionistas donde adoptan para las plantas un nombre científico.
En 1737 el botánico sueco Caroli Linnè con su tratado “Species Plantarum” propone la nomenclatura binomial que es la que se mantiene hasta la actualidad, consiste en que cada especie tiene un nombre en latín compuesto por dos palabras. La primera denomina el género que le llama calificativo genérico y la segunda palabra es la que hace referencia a alguna característica por su color o tamaño. También este botánico propuso los taxones, ordenación de las especies.
A mediados del siglo XIX se inicia la búsqueda intensiva de los caracteres anatómicos, fisiológicos y genéticos que permitieron estudiar la filogenia de las especies (relaciones de parentesco)
En este sistema moderno de clasificación de las plantas, los vegetales se ordenan según sus afinidades o diferencias en categorías, basándose en sus diferentes partes. Así se tiene en cuenta, la disposición de los estambres, la forma de los pétalos, la conformación de las hojas, carácter arbóreo, arbustivo o herbáceo, la persistencia del follaje caduco o persistente etc.
Luego viene como la unidad supra-específica inmediata, el género (conjunto de género) y orden (conjunto de familias) y luego otra división de subclase, clase, subdivisión y división.
El Código Internacional de Nomenclatura Botánica fija una serie de reglas a las que ha de atenerse la descripción y denominación de los taxones, sobre todo para la especie.
Este texto corresponde a un párrafo de la tesis de Protocolo Floral presentada por Viviana Mimare en la Tecnicatura de Maestra de Ceremonia.
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